jueves, marzo 23, 2006

Violencia

La violencia no sólo está permitida sino también legitimada moralmente en tanto es usada por el poder reconocido. El poder se basa permanentemente en la posibilidad del ejercicio de la violencia.

Una cosa debemos tener en claro: nuestra meta jamás tiene que ser la violencia. Pero que la violencia -cuando sólo con su ayuda se puede imponer la no-violencia- llegue a ser nuestro método, eso nadie nos lo puede negar.

Esperanza es un sinónimo de cobardía. ¿Qué es en sí esperanza? ¿Es la fe en que todo puede mejorar?¿O es la voluntad de llegar a algo mejor? Aún nadie ha realizado un análisis de la esperanza (...) No, la esperanza hay que impedirla. Todo aquel que espera, deja la obligación en otra instancia. Esperanza es nada más que la renuncia a la propia acción.

No hay un método alternativo, no hay otro que la amenaza -si queremos la supervivencia de nuestra generación y queremos asegurar la existencia de las generaciones posteriores- contra todos aquellos que insisten en continuar con hacer peligrar la vida humana con la producción atómica (es lo mismo si con la guerra o con el denominado 'uso pacífico') y siguen rechazando todas las ofertas de detenerla; no hay otra alternativa, decía, que comunicarles a esos hombres con toda claridad que tanto uno como el otro deben considerarse piezas de caza. No hay que vacilar en eliminar a aquellos eres que por escasa fantasía o por estupidez emocional no se detienen ante la mutilación de la vida y la muerte de la humanidad.

Qué fatalidad cuando el ser humano de buena fe renuncia a la violencia porque cree en la no-violencia! ¡Lo único que logra es ser superado en forma más radical por la violencia!.

Günther Anders (tomado de La Haine)

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