El indie es tan amplio como imprecisos eran los intentos de clasificarlo que hacia Andrés Duran, un veterano discjockey Bogotano en sus habituales programas radiales de hace más de una década. Simplemente porque como indie (del ingles independent) se sueles clasificar los grupos de rock que revalidan el famoso postulado punk de hazlo tu mismo. Así, el indie se convierte en una gran olla donde se pueden arrojar sonidos tan dispares como Sonic Youth , Muse o Pavement.
Beirut es un ejemplo de indie en el más estricto sentido. Zach Gordon, de 19 años a la fecha de publicación de este trabajo, grabó casi la totalidad de este álbum en su casa, con colaboraciones de integrantes de Neutral Milk Hotel y A Hawk and a Hacksaw. En este trabajo, que según la descripción que aparece en su sitio web, suena a “orquesta gitana Balcánica tocando canciones modernas”, Condon hace un trabajo limpio, sutil, fresco a la vez que nostálgico y cargado de matices trabajando con instrumentos de viento y percusiones, con ukeleles, chelos, pianos y acordeones.
Un debut, cuando menos, impresionante.
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